domingo, marzo 09, 2008

Todos Los Viajeros Caen en la Red

De la mejor comida en clase turista al peor aeropuerto para pasar la noche, algunos sitios muy recomendables

Además de comprar pasajes, reservar hoteles, asegurarse entradas para espectáculos y contratar tours, Internet brinda una serie de servicios para aquellos detalles que los grandes operadores turísticos no suelen abarcar. Datos sobre situaciones que pueden parecer menores, pero que a la hora de viajar resultan sumamente útiles, desde saber qué asiento conviene reservar dependiendo del tipo de avión que tomemos, hasta cómo son los baños públicos en cada ciudad o tener tips para conocer las líneas de metro en cada destino. Aquí, una selección de los sitios más interesantes.

Los mejores asientos

Internet logra abarcar gran parte de lo que ocurre desde que decidimos hacer un viaje en avión hasta que el vuelo aterriza. Antes de reservar el pasaje podemos ingresar a sitios como Seat Guru y Seat Expert (
http://www.seatguru.com/ y http://www.seatexpert.com/ ), que analizan qué asiento conviene tomar según el tipo de avión que abordemos y qué línea aérea lo opere. Por ejemplo, si el avión es un Boeing 767-300 de Alitalia, Seat Guru nos dice que los mejores asientos son los de la fila 11, ya que se puede estirar las piernas y la mesita rebatible está en el apoyabrazos. La fila 39, en cambio, cuenta con las peores ubicaciones: los asientos tienen reclinación limitada y están muy cerca de los baños.

Comer en el avión

OK. Ya estamos sentados. La azafata viene con la cena. ¿Hay comida más fea que la de un avión? Bueno , tal vez no. Para saber lo que nos espera es recomendable entrar a Airlinemeals ( http://www.airlinemeals.net/ ), que analiza todo lo relacionado con el mundo del catering aéreo: fotos, artículos, menús, datos históricos y testimonios de pasajeros, que suben fotos y ranquean las comidas en cada vuelo. Desde 2002 este sitio otorga el premio a la comida de la semana . Singapore Airlines es hasta ahora el que más veces lo ganó, seguido de cerca por Lufthansa. El punto débil de este sitio es que no se actualiza desde septiembre de 2007. Aun así sirve como referencia.

Torre de control

Ahora estamos aterrizando y nos preguntamos qué estará haciendo el piloto en este momento tan importante. No lo podemos saber, ya que nos pidieron que apaguemos las computadoras personales y el WI-FI todavía no llegó a los aviones, pero en destino, si entramos a Liveatc (
http://www.liveatc.net/ ) podremos escuchar cientos de conversaciones entre pilotos y operadores de la torre de control. Por curiosidad nomás. O por aburrimiento.

Dormir en tránsito

¡Llegamos! Estamos felices de haber aterrizado , o no tanto: el vuelo se demoró, perdimos la conexión y debemos pasar la noche en el aeropuerto. No es tan grave: sacamos la notebook, nos metemos en Sleeping in Airports ( http://www.sleepinginairports.net/ ) y nos informamos sobre dónde y cómo dormir en esos asientos que parecen tan poco confortables. Además nos enteramos de cuáles son los mejores y los peores aeropuertos del mundo para dormir, en caso que más adelante tengamos que volver a pasar por esta situación (el aeropuerto de Singapur, dice la página, es el mejor: hay masajes gratis, duchas y restaurantes abiertos las 24 horas). Para información general sobre aeropuertos y aerolíneas, hay muchos otros sitios que proveen información, tanto en inglés ( http://www.airlinequality.com/ ) como en español ( http://www.aeropuertosdelmundo.com.ar/ y http://www.guiamundialdeaeropuertos.com/ ).

Jetlag y baños extraños

Basta de aviones y aeropuertos. Es hora de disfrutar. Desempacamos y salimos a recorrer la ciudad. Todo muy lindo, pero siempre hay pequeños obstáculos. Por empezar, el cansancio: el famoso jetlag, que nos agobia cada vez que atravesamos demasiados husos horarios a la vez (
http://www.jetlagtips.com/ ). Otro problema que nos aqueja cada vez que paseamos por una ciudad grande es una cuestión higiénica. ¿Se puede confiar en esas cabinas con baños públicos? No lo sabemos, pero sí podemos leer los comentarios de The Bathroom Diaries ( http://www.thebathroomdiaries.com/ ), una verdadera enciclopedia con información sobre baños de todo el mundo (desde Libia hasta la Antártida), incluyendo los callejeros, los de hoteles y los de restaurantes.

Redes de subte

Trasladarse de un lado a otro en una ciudad que apenas conocemos puede resultar complicado. Miramos una y otra vez ese mapa intentando ver qué conexión de trenes nos puede llevar al museo o el parque que queremos visitar. Antes de salir pudimos haber ingresado en varios sitios que se ocupan de contarnos cómo son las redes de metro (o subte) en cada país y nos dan consejos para viajar sin problemas. Hay dos que son muy completos: Metro-Bits ( www.mic-ro.com/metro ) y Urban Rail (
http://www.urbanrail.net/ ). Detallan todo: desde los horarios y mapas de cada red subterránea hasta la tipografía de los carteles y los mensajes de voz automatizados que emiten los parlantes, en tanto que Subway Navigator ( http://www.subwaynavigator.com/ ) indica cómo llegar de una estación a otra en cualquier ciudad.

Alojamiento gratuito

Si tenemos todo reservado de antemano, seguramente no tendremos problemas con el tema alojamiento. Pero si queremos ahorrar y conocer el lugar y su gente, podemos sumarnos a Couchsurfing ( http://www.couchsurfing.com/ ), una comunidad que cuenta con casi 500.000 miembros a nivel mundial, dispuestos a ofrecer un sofá de la casa para el viajero de turno. Ideal para aventureros y viajeros de bajo presupuesto.

Crónicas y consejos


Sobre cosas para hacer en cada lugar, las páginas y los blogs abundan, con artículos escritos sobre los destinos que visitan sus autores, o sobre noticias de actualidad referidas a la industria del turismo y la aviación. Algunos de los más leídos son Blog de Viajes (
http://www.blogdeviajes.com.ar/ ), Diario del Viajero ( http://www.diariodelviajero.com/ ) y Primera Clase ( http://www.primera-clase.com/ ), que a su vez tienen links con muchos otros blogs y sitios relacionados. En inglés, también son muchos los sitios de este tipo, como World Hum ( http://www.worldhum.com/ ). También están las páginas consagradas especialmente a la mujer, como Journey Woman ( http://www.journeywoman.com/ ), con consejos para las nómadas solitarias. Y si queremos escribir nuestro propio diario on line, para que nuestras familias y amigos sepan en qué andamos, podemos abrir uno en Viaje Blogs ( viajeblogs.com ), que nos permite incluir mapas, fotos y secciones especiales para cada lugar que visitamos.

Etcétera...

La Web también da lugar a proyectos excéntricos. Por ejemplo, el de John Freyer, un joven estadounidense que en 2001 vendió todas su pertenencias (salvo su auto) a través del sitio de subasta Ebay y luego viajó por todo Estados Unidos, visitando los objetos que algunos vez fueron suyos. El proyecto finalizó en 2002 y quedó registrado en All My Life For Sale (
http://www.allmylifeforsale.com/ ). También en 2001, el holandés Ramon Stoppelenburg lanzó el sitio Let Me Stay For a Day ( http://www.letmestayforaday.com/ )en el que solicitaba a lectores de todo el mundo que le dejaran pasar un día en su casa. A cambio, él escribiría sobre ellos en su Web. El proyecto funcionó: salió de Holanda sin un peso y durante dos años viajó por 18 países, durmió en 500 camas y conoció a 10.000 personas.

La Nacion.com (09/03/2008)

viernes, diciembre 14, 2007

I Have Learned

I've learned that you can get by on charm for about 15 minutes.
After that, you'd better know something.

I've learned that you shouldn't compare yourself to the best others can do, but to the best you can do.

I've learned that it's not what happens to people that's important.
It's what they do about it.

I've learned that you can do something in an instant that will give you a heartache for life.

I've learned that no matter how thin you slice it, there are always two sides.

I've learned that it's taking me a long time to become the person I want to be.

I've learned that it's a lot easier to react than it is to think.

I've learned that you should always leave loved ones with loving words.
It may be the last time you see them.

I've learned that you can keep going long after you think you can't.

I've learned that we are responsible for what we do, no matter how we feel.

I've learned that either you control your attitude or it controls you.

I've learned that sometimes I just need to be held.

I've learned that regardless of how hot and steamy a relationship is at first, the passion eases and there had better be something else to take its place.

I've learned that heroes are the people who do what has to be done when it needs to be done, regardless of the consequences.

I've learned that learning to forgive takes practice.

I've learned that there are people who love you dearly, but just don't know how to show it.

I've learned that money is a lousy way of keeping score.

I've learned that my best friend and I can do anything or nothing and have the best time.

I've learned that sometimes the people you expect to kick you when you're down will be the ones to help you get back up.

I've learned that sometimes when I'm angry I have the right to be angry, but that doesn't give me the right to be cruel.

I've learned that true friendship continues to grow, even over the longest distance.
Same goes for true love.

I've learned that just because someone doesn't love you the way you want them to doesn't mean they don't love you with all they have.

I've learned that no matter how much I care, some people just don't care back.

I've learned that maturity has more to do with what types of experiences you've had and what you've learned from them and less to do with how many birthdays you've celebrated.

I've learned that you should never tell a child her dreams are unlikely or outlandish.
Few things are more humiliating, and what a tragedy it would be if she believed it.

I've learned that your family won't always be there for you.
It may seem funny, but people you aren't related to can take care of you and love you and teach you to trust people again.
Families aren't biological.

I've learned that no matter how good a friend someone is, they're going to hurt you every once in a while and you must forgive them for that.

I've learned that it isn't always enough to be forgiven by others.
Sometimes you have to learn to forgive yourself.

I've learned that no matter how bad your heart is broken the world doesn't stop for your grief.

I've learned that our background and circumstances may have influenced who we are, but we are responsible for who we become.

I've learned that sometimes when my friends fight, I'm forced to choose sides even when I don't want to.

I've learned that just because two people argue, it doesn't mean they don't love each other.
And just because they don't argue, it doesn't mean they do.

I've learned that sometimes you have to put the individual ahead of their actions.

I've learned that it takes years to build up trust, and only seconds to destroy it.

I've learned that we don't have to change friends if we understand that friends change.

I've learned that if you don't want to forget something, stick it in your underwear drawer.

I've learned that you shouldn't be so eager to find out a secret.
It could change your life forever.

I've learned that the clothes I like best are the ones with the most holes in them.

I've learned that it's not what you have in your life, but who you have in your life that counts.

I've learned that two people can look at the exact same thing and see something totally different.

I've learned that you cannot make someone love you.
All you can do is be someone who can be loved.
The rest is up to them.

I've learned that no matter how you try to protect your children, they will eventually get hurt and you will hurt in the process.

I've learned that there are many ways of falling and staying in love.

I've learned that no matter the consequences, those who are honest with themselves, get farther in life.

I've learned that many things can be powered by the mind, the trick is self-control.

I've learned that no matter how many friends you have, if you are their pillar, you will feel lonely and lost at the times you need them most.

I've learned that your life can be changed in a matter of hours by people who don't even know you.

I've learned that even when you think you have no more to give, when a friend cries out to you, you will find the strength to help.

I've learned that writing, as well as talking, can ease emotional pains.

I've learned that the paradigm we live in is not all that is offered to us.

I've learned that credentials on the wall do not make you a decent human being.

I've learned that the people you care most about in life are taken from you too soon.

I've learned that although the word "love" can have many different meanings, it loses value when overly used.

I've learned that it's hard to determine where to draw the line between being nice and not hurting people's feelings and standing up for what you believe.

He Aprendido

He aprendido...
Que no puedes hacer que alguien te ame
todo lo que puedes hacer es ser alguien quien pueda ser amado
el resto depende de los demás.

He aprendido...
Que no importa cuando quieras
algunas personas simplemente no corresponden tu cariño.

He aprendido...
Que toma años construir la confianza y sólo segundos destruirla.

He aprendido...
Que no es lo que tienes en la vida
sino a quién tienes lo que cuenta.

He aprendido...
Que me está tomando mucho tiempo
ser la persona que quiero ser.

He aprendido...
Que siempre debes despedirte de los seres amados
con palabras de amor.
Podría ser la última vez que los veas.

He aprendido...
Que sin importar cuán ardiente
es una relación al principio, la pasión desaparece
y es mejor que haya algo que tome su lugar.

He aprendido...
Que los héroes son personas que hacen lo que se tiene que hacer
cuando se debe de hacer sin importar las consecuencias.

He aprendido...
Que aprender a perdonar requiere práctica.

He aprendido...
Que hay mucha gente que te quiere mucho
pero no sabe como demostrártelo.

He aprendido...
Que el dinero es una mala manera de evaluar..

He aprendido...
Que mis mejores amigos y yo podemos hacer todo
o nada y pasarlo bien.

He aprendido...
Que una amistad verdadera continúa creciendo aún en medio
de una gran distancia, igual sucede con el amor verdadero.

He aprendido...
Que tan sólo porque alguien no te ama de la manera
que quieres que te ame,
no significa que no te ame con todo lo que tiene.

He aprendido...
Que la madurez tiene más que ver con los tipos
de experiencias que has tenido y lo que has aprendido de ellas
y menos que ver con cuántos cumpleaños has celebrado.

He aprendido...
Que tu familia no siempre estará ahí para ti.
Parece extraño, pero gente que no está vinculada en ti
puede cuidarte y amarte y enseñarte a confiar
en las personas otra vez.
Las familias no son biológicas.

He aprendido...
Que no importa que esté roto tu corazón
el mundo no se detiene por tu dolor.

He aprendido...
Que nuestro pasado y las circunstancias podrían haber influenciado en quienes somos,
pero somos responsables por nuestros actos.

He aprendido...
Que sólo porque dos personas discutan no significa
que no se amen y tan sólo
porque no discutan no significa que no lo hagan.

He aprendido...
Que no importan las consecuencias, aquellos que son honestos consigo mismos, llegan más lejos en la vida.

He aprendido...
Que un diploma en la pared no te hace
un ser humano decente.

He aprendido...
Que amar es lo más bello del mundo...

He aprendido...
Que lo más importante en mi vida
eres tú.

miércoles, noviembre 14, 2007

domingo, junio 24, 2007

Tomamos Unos Mates?

El mate no es una bebida... Bueno, sí... Es un líquido y entra por la boca.
Pero no es una bebida.
En este país nadie toma mate porque tenga sed.
Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo...
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda '¿unos mates?'.
Esto pasa en todas las casas.
En la de los ricos y en la de los pobres.
Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.
Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.
En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo.
Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.
Cuando conocés a alguien por primera vez, '¿te tomás unos mates?'. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'.El otro responde: 'Como tomes vos'.
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre.
Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.
Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.
Este es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.
Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!'.
Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente: '¿está caliente, no?'
Es la modestia de quien ceba el mejor mate.
Es la generosidad de dar hasta el final.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia de uno por uno.
Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.


TOMAMOS UNOS MATES?....de Lalo Mir en el programa 'Lalo Bla Bla' Radio Mitre

lunes, mayo 14, 2007

Disculpe, ¿me dice dónde hay un quiosco?

Solo para Argentinos que viven en España (aunque se puede aplicar a otros paises)

Una familia ecuatoriana, marroquí, boliviana, rumana o peruana, cuando descubre que lo ha perdido todo, compra un pasaje de oferta y viaja a España para seguir siendo pobre en otro país. Una familia argentina, en cambio, antes de sucumbir económicamente, antes de caer en lo más bajo y hediondo de la indigencia, hace un último esfuerzo y pone un quiosco en su propio barrio. Lo último que hace un argentino antes de bajar los brazos no es buscar nuevos horizontes, sino endeudarse con un proveedor de golosinas.

Por ese motivo, y no por otro, en España no hay argentinos pobres. Quiero decir, no hay argentinos pidiendo monedas por las calles de Madrid, ni latinkings rosarinos en Barcelona, ni mafias porteñas, ni familias mendocinas que mandan a sus hijos a robar teléfonos, ni mendigos bandoneonistas, ni prostitutas de veinte euros que se llamen Carolina o Daniela. Hay pobres de casi todas las razas y colores, pero no argentinos. La razón es sencilla: los pobres de Argentina no emigran, mueren quiosqueros en sus propias casas, mueren alimentándose con golosinas caducadas y sin conocer el mundo.

En otros países se usa más el suicidio, el exilio, el alcoholismo o la degradación personal. Los argentinos tenemos un sistema un poco más extraño de asimilar el fracaso. Abrimos la ventana que da a la calle (en general la habitación del abuelo muerto), ocultamos la cama y la mesa de luz, llenamos el ropero de galletitas, alfajores y cigarrillos Jockey Club, y nos jugamos la última ficha a la mínima expresión del microemprendimiento: el quiosco propio.

Es una jugada extraña, porque lo que menos hace falta en Argentina son quioscos (hay uno cada ventisiete metros). Pero sin embargo siempre alguien supone que poniendo otro más no pasará nada malo. Algunos pocos están bien provistos, pero la mayoría son quioscos tan escasos como la creatividad de sus dueños, y solamente te ofrecen veinte o treinta cosas inútiles (en un buen quiosco debe haber, como mínimo, más de doscientas cosas inútiles). Y entonces ocurre que la frase que más utiliza un quiosquero novato es “de eso no tengo, pero me están por traer”.

Más de la mitad de los argentinos ha sido dueño alguna vez de un quiosco. Y el 98% de la población tiene un amigo que trabajó en uno. El quiosco forma parte de la vida diaria de los argentinos, mucho más de lo que nosotros mismos imaginamos mientras vivimos allí. Solamente nos damos cuenta de la importancia de los quioscos el día que emigramos y desaparecen de nuestra vista.

A España sólo se muda la clase media argentina: el joven profesional, el futbolista incipiente, el cantante malo pero honrado, el psicólogo mentiroso, el publicista sensible y también su novia, la modelo descerebrada. Pero el argentino pobre se queda en casa. Y la verdad es que esta tendencia nos está matando. A nosotros, digo: a los argentinos de clase media que vivimos en España, la ausencia de quioscos nos está dejando un vacío en el alma y otro, de dimensiones similares, en el estómago.

Como es por todos sabido, los argentinos no entramos a los quioscos por necesidad alimenticia, sino por angustia oral. Según un estudio, el ser humano que camina tranquilamente por la calle piensa en sexo cada ocho segundos. Los argentinos también, pero usamos los siete segundos restantes para fantasear con cosas rellenas de dulce de leche. Nuestro ritmo mental se comporta con esta cadencia: —...teta, cabsha, fantoche, shot, cubanito, concha, jorgito, milka, tubbi tres, tubbi cuatro, culo, aero blanco, minitorta de águila, teta, cabsha, fantoche triple —y vuelta a empezar. Cuando un argentino pisa España por primera vez y recorre los bulevares sin rumbo fijo, descubre a los quince minutos que algo va mal, muy mal en su paseo, pero no atina a descubrir qué es. Es como caminar por las calles de un mundo paralelo, casi idéntico, pero con siete errores. ¿Qué es lo que me pasa—se pregunta el argentino—, por qué me vienen estas ganas de llorar? Al rato, descolocado su aparato digestivo, el recién llegado descubre el fallo: ha andado más de veinte minutos por una avenida y no se ha topado con ningún quiosco.

Por lo general, la primera conversación entre un argentino recién llegado y un español es la siguiente:
—Disculpe, ¿me dice dónde hay un quiosco?
—¿De periódicos? —pregunta el español.
—No, no. De cigarros, biromes, chocolatines, hilo de coser, alfajores, tarjetas de teléfono, cinta scotch, libros, tornillos, hojas cánson, planisferios, revistas, pelotas de rugby, linternas, ginebra bols, desodorante, helados, alcohol fino, café, panchos con savora y desinfectante para matar sapos.
El español indica como puede:
—Vamos a ver —dice—. Los cigarros los encuentra en el estanco, el hilo en la tienda, los libros en los supermercados, el helado en la heladería, la comida rápida en un burger, los tornillos y la linterna en la ferretería, las hojas y el mapa en la papelería, la revista en el odontólogo, el alcohol en los bares, las pelotas de rugby en Francia, y lo demás no tengo ni pajolera idea porque no existe.
—¿Y los alfajores?
—De eso por aquí no hay.
—¿Y entonces qué comen ustedes cuando van por la calle?
—Generalmente cosas con atún o con chorizo.
—¿Y dónde compran eso?
—En la panadería.

El quiosco es una de las costumbres argentinas más difíciles de explicar a un español. Es posible que te escuche con atención y más tarde te diga “ya, ya, entiendo”, pero en realidad sigue en blanco. Sólo se hace una idea fugaz, pero no puede ir muy lejos con la idea. Su estructura moral no concibe que en un solo sitio se puedan conseguir todas las cosas del mundo, a cualquier hora del día o de la noche. El español medio no comprende el concepto de síntesis, ni la urgencia de tener un antojo a las tres de la mañana.

Hay otras muchas costumbres argentinas que el español no comprende: el peronismo, por ejemplo; la televisión por cable, la palabra “prolijo”, el relato radiofónico de fútbol en donde el locutor entienda de fútbol, la ironía publicitaria, la autocrítica, el cine subtitulado, etcétera. Son todas nebulosas difusas en el cerebro ibérico. Pero la ausencia del concepto ‘quiosco’ es, de todas sus taras, la más grave. El día que el español conozca las ventajas de los quioscos es posible que se convierta en una raza entretenida. En vez de gastarse las monedas en las tragaperras y las horas muertas en los bares, comería más alfajores y descubriría que nadie puede ser dichoso en un país en el que al chocolate duro lo rellenan con chocolate blando.

Es hora de que los argentinos pobres de Argentina descubran que hay que instalar los quioscos aquí, en España, donde de verdad hacen muchísima falta, y no en el propio barrio, donde ya el nicho está saturado y en caída libre.

Somos miles y miles los argentinos que, en España, no sabemos qué hacer cuando caminamos por la calle. Vamos en ayunas a los trabajos, no tenemos envoltorios que tirar en la vereda, hace años que no nos robamos un encendedor del estante de abajo, lustros enteros sin leer el horóscopo del bazooka. Y lo que es peor: estamos a punto de olvidar el olor de la bananita dolca, que es peor que olvidar el rostro de nuestras madres.

Necesitamos de la pobreza de nuestros hermanos en desgracia, queremos volver a sentir el suave cosquilleo del sobreprecio de las cosas. Estamos dispuestos a consentir que nos den mal el cambio, queremos abrir nosotros mismos la heladerita de los conogoles y congelarnos los dedos. Queremos los bonobon derretidos del verano y los guaymallenes de fruta que nadie quiere. Queremos esos sánguches espantosos que vienen adentro de un plástico. ¡Queremos quioscos!

Argentinos pobres: hay un mercado enloquecido que está pidiendo a gritos un quiosquero en cada cuadra de España. Somos capaces de subalquilar nuestras propias ventanas que dan a la calle, y de pintar a mano para ustedes un cartel que diga ‘kiosko’, las dos veces con k, con tal de que se incorporen a nuestras vidas europeas y nos llenen las manos de sugus, aunque sean todos de menta. No nos importa que bauticen a sus quioscos con la primera sílaba del nombre de sus tres hijos menores. Es más, echamos de menos esos nombres espantosos.

¡Aquí! ¡Aquí, en la madre patria, es donde estamos ansiosos y vírgenes de quioscos! ¡No allá, que hay muchos, sino aquí! Necesitamos hombres tristes, esposas despeinadas, adolescentes drogados y abuelos paralíticos que, con cara de hastío y de muerte en vida, nos vendan un paquete de cerealitas a través de una ventana.

Los estamos esperando, hermanos pobres; con los brazos abiertos, la sonrisa en la boca y los puños llenos de monedas de cinco, de diez y de veinticinco.

Extraido del blog http://orsai.es/

Este texto es el último de una trilogía de reivindicación gastronómica, que comenzó en julio de 2005 con España, decí alpiste, y continuó en enero de 2006 con Un asadito por el amor de dios.

domingo, enero 28, 2007

2007 Quality of Life Index

La Argentina, entre los 10 más elegidos para vivir

Influyen factores de calidad de vida

¿El mejor lugar para vivir? Según la nueva encuesta Calidad de Vida 2007, que todos los años elabora la revista especializada irlandesa International Living, la Argentina, por primera vez, figura entre los diez mejores países del mundo.
Principalmente por su bajo costo de vida, pero también por su cocina, vida nocturna y costumbres, nuestro país fue el único representante latinoamericano en ingresar en este "top ten", que por segundo año consecutivo eligió a Francia para el primer puesto.
"La Argentina ofrece una vida genial, que merece ser experimentada. ¿Por qué este país nos interesó y por qué que atrae a miles de viajeros cada año?", se preguntó Lee Harrison, uno de los jueces de la publicación europea.
"Es por su maravillosa comida y largos almuerzos. Por el mejor bife del mundo, sus vinos fabulosos y entretenimientos hasta el alba. Pero, principalmente, porque es muy barata: según nuestro registro, se trata de la undécima nación más barata del mundo".
Para Harrison, la Argentina no sólo es un excelente lugar para quedarse a vivir. "Si es sólo para invertir, tampoco uno puede equivocarse. El tiempo de actuar es ahora", afirmó.

Categorías evaluadas

Para realizar este tradicional listado anual de 193 países, un panel de expertos analizó nueve categorías: costo de vida, cultura, entretenimientos, economía, medio ambiente, libertad, salud, infraestructura, seguridad, riesgo y clima.
Además, se utilizaron como fuentes oficiales datos de la Organización Mundial de la Salud y de la revista The Economist, entre otros.
Los expertos también tuvieron en cuenta en qué países del mundo se puede vivir con menos dinero, pagar menos impuestos, disfrutar de un buen clima y tomar ventaja de las oportunidades de mercados emergentes, ya sea para comenzar una nueva vida o como posibilidad de inversión.
Según la lista, Francia resultó ser el mejor país del mundo para vivir por su alta calidad de vida. Y entre algunos argumentos se mencionan sus trenes de alta velocidad, hospitales en buenas condiciones, excelente infraestructura, su cultura y clima templado.
"Claro que Francia también tiene sus lados negativos, pero en muchos sentidos este país es difícil de superar. Aunque París no es barata, fuera de la capital se pueden encontrar costos de vida más económicos, y su cultura y cocina son imbatibles", destacó el informe.
Luego del país galo le siguen Australia, Holanda, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Gran Bretaña cayó el puesto 37, detrás de Uruguay (28), México (30) y Panamá (34), debido a su mal clima, transporte público deficiente, servicios de salud con problemas y alto costo de vida. Además de la Argentina, otros de los países de América latina que figuraron fueron Ecuador (38), Costa Rica (43), República Dominicana (47), Brasil (48) y Chile (49).

Ranking Completo: http://www.il-ireland.com/il/qofl07